Porque fue varón justo,

le amó el Señor,

y dio el ciento por uno

su labor.

El alba mensajera

del sol de alegre brillo

conoce ese martillo

que suena en el madera.

La mano carpintera

madruga a su quehacer,

y hay gracia antes que sol en el taller.

Cabeza de tu casa

del que el Señor se fía,

por la carpintería

la gloria entera pasa.

Tu mano se acompasa

con Dios en la labor,

y alargas tú la mano del Señor.

Y, pues que el mundo entero

te mira y se pregunta,

di tú cómo se junta

ser santo y carpintero,

la gloria y el madero,

la gracia y el afán,

tener propicio a Dios y escaso el pan.

Himno de Laudes.

Festividad de San José, esposo de la Virgen María

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