«Hay tres clases de hombres y tres clases de plegarias. Unos dicen a Dios: «Dios mío, ténsame; si no, me pudriré». Otros rezan: «Dios mío, no me tenses demasiado, porque me romperé». Y otros: «Dios mío, ténsame cuanto puedas, aunque me rompa». Esta tercera es mi plegaria»

Nikos Kazantzakis