Porque fue varón justo,

le amó el Señor,

y dio el ciento por uno

su labor.

Humilde magisterio

bajo el que Dios aprende:

¡que diga, si lo entiende,

quien sepa de misterio!

Si Dios en cautiverio

se queda en aprendíz,

¡aprende aquí la casa de David!

Sencillo, sin historia,

de espalda a los laureles,

escalas los niveles

más altos de la gloria.

¡Qué asombro, hacer memoria,

y hallarle a tu ascensión

tu hogar, tu oficio y Dios como razón!

Y, pues que el mundo entero

te mira y se pregunta,

di tú cómo se junta

ser santo y carpintero,

la gloria y el madero,

la gracia y el afán,

tener propicio a Dios y escaso el pan.

Himno de Visperas.

Festividad de San José, esposo de la Virgen María